Ex fiscal de Roma, fue nombrado por el Papa en 2019. En los últimos años ha seguido varios procesos, incluido el de la gestión de los fondos de la Santa Sede. En los últimos días ha alcanzado los límites de edad establecidos para el poder judicial del Vaticano. Francisco, “agradeciéndole el servicio prestado en los últimos años”, aceptó su dimisión con efecto del 31 de diciembre de 2024.