El 47º presidente de Estados Unidos juró su cargo ayer a mediodía hora local en la Rotonda del Capitolio prometiendo una «nueva edad de oro». Inmediatamente después firmó una serie de órdenes ejecutivas que suponen un golpe a la línea de la administración Biden
Marco Guerra – Ciudad del Vaticano
Donald Trump selló el inicio de su segundo mandato primero con dos discursos, ante miles de seguidores, en los que expuso las prioridades de su programa y después con la firma de varias órdenes ejecutivas que anulan 78 medidas de la administración Biden.
Y así, Estados Unidos fuera de la Organización Mundial de la Salud y de los acuerdos climáticos de París, gracia o liberación para los alborotadores del 6 de enero del 2021 que asaltaron el Capitolio, el Golfo de México convertido en el «Golfo de América», Cuba de vuelta a la lista de los Estados patrocinadores del terrorismo, y el levantamiento de las sanciones a los violentos colonos israelíes en Cisjordania.
El presidente también firmó órdenes ejecutivas en el Despacho Oval proclamando que el gobierno estadounidense sólo reconocerá dos sexos. La amenaza de aranceles se mantiene, aunque es posible que no se activen de inmediato.
En el frente de la inmigración, que fue su caballo de batalla en la campaña electoral, el nuevo presidente firmó órdenes ejecutivas por las que se declaraba «emergencia nacional» la inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México y se designó a los cárteles criminales como organizaciones terroristas.
Trump también firmó la orden ejecutiva para acabar con el ius soli que garantizaba el derecho a la ciudadanía por nacimiento, establecido por la Constitución estadounidense. Una medida que violaría la decimocuarta enmienda y que probablemente será objeto de impugnaciones legales.
El presidente Trump también pretende cambiar radicalmente la organización y la actividad de la función pública, afirmando que «para tomar el control inmediato de la vasta y descontrolada burocracia federal» aplicará «una congelación normativa inmediata», anunciando a continuación una salva de despidos en la función pública y una congelación de la contratación para garantizar que «sólo contratamos a personas competentes y leales a los estadounidenses». También suprimió el trabajo inteligente para todos los empleados federales.
Por último, Trump dijo que «hablará muy pronto» con el presidente ruso Putin, reiterando que la guerra en Ucrania «debe terminar».
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