Fundada en el 2015, la Universidad Católica de Erbil, ubicada en la región de Kurdistán, al norte de Irak, ofrece educación, becas y apoyo a los grupos iraquíes minoritarios que sufrieron a causa de ISIS.
Joseph Tulloch – Ciudad del Vaticano
En el 2014, el autodenominado Estado Islámico arrasó el norte de Irak y se apoderó de vastas extensiones de territorio.
La invasión causó desplazamientos en masa, particularmente, de grupos minoritarios como los cristianos, yazidíes, turcomanos y shabak.
Muchos de estos refugiados huyeron a la región kurda del norte de Irak, donde -comenta el padre Karam Shahmasha, sacerdote de la arquidiócesis católica caldea- la Iglesia local trató de proporcionales alojamiento, comida y atención médica.
Con el tiempo, cuenta el padre Shahmasha a Vatican News, estas iniciativas caritativas dieron lugar a un proyecto aún mayor; la fundación de la Universidad Católica de Erbil, o CUE por sus siglas en inglés, la cual pretendía ser un “faro de luz en medio del caos”.
El objetivo era acoger a estudiantes de todos los orígenes, particularmente, a quienes han sufrido más a causa de la violencia reciente.
En una charla en el Boston College en el ao 2023, el arzobispo Bashar Warda, presidente del Consejo de Administración y canciller de la CUE, enfatizó que “abrimos las puertas de la CUE a aquellos más afectados por ISIS: los desplazados forzosos, los cristianos y los yazidíes… Estamos comprometidos con ser una fuerte voz para los heridos”.
El padre Shahmasha destaca el apoyo que la CUE le ofrece a los estudiantes de la comunidad yazidí, la cual sufrió un brutal genocidio a manos de ISIS, superando, incluso, el trato despiadado infligido a los cristianos.
Gracias a un número generoso de benefactores, ambos, católicos y no católicos, la CUE es capaz de brindar numerosas becas cada año a los estudiantes yazidíes, el sacerdote Shahmasha comentó. Asimismo, se organizan regularmente eventos para celebrar la cultura yazidí, como la celebración anual del Año Nuevo Yazidí y colabora con las organizaciones que luchan por los derechos de esta comunidad.
Adicionalmente, con la ayuda de la fundación pontificia, Ayuda a la Iglesia Necesitada, la CUE puede conceder, cada año, un gran número de “Becas Papa Francisco”, destinadas, principalmente, a los estudiantes cristianos.
Actualmente, nueve años después de su fundación, la universidad cuenta con más de 600 estudiantes, de orígenes muy diversos.
El padre Shahmasha resalta la iniciativa más reciente de la universidad, un programa de Estudios Orientales, organizado por la Facultad de Letras de la universidad.
El programa es el primero de su clase en la región, enfatiza el sacerdote, ofrece cursos sobre la “gama de religiones y etnias que han habitado mucho tiempo la región mesopotámica”, con temas tan variados como los estudios kurdos, la teología católica y los libros de la Torá.
La meta, indica, es “promover una Convivencia pacífica” entre las diversas etnias y grupos religiosos iraquíes, contribuyendo a la “edificación de una comunidad vibrante”.
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