Las Jornadas Mundiales de la Juventud han dejado una marca imborrable en la cultura global, conectando a jóvenes de todo el mundo en un evento que promueve la diversidad y la unidad. Un fenómeno que trasciende fronteras y despierta pasiones.
La música sacra, con sus ritmos trascendentales y letras espirituales, ha trascendido fronteras, conectando a personas de diversas culturas en una experiencia de adoración colectiva. Su impacto en la cultura global es innegable, uniendo corazones a través de la devoción y la armonía.