La Iglesia católica ha sido una voz destacada al abordar la crisis ecológica en el mundo actual. A través de su enseñanza social, nos invita a reflexionar sobre nuestro papel como custodios de la creación y a tomar medidas concretas para cuidar y preservar nuestro hogar común.
La perspectiva católica sobre la economía y el desarrollo sostenible destaca la importancia de una administración responsable de los recursos para asegurar la prosperidad de futuras generaciones.