La gratitud es un valor esencial que se debe inculcar en la formación católica. Educar en la gratitud nos permite reconocer y valorar los regalos de Dios en nuestras vidas, cultivando así una actitud de agradecimiento y humildad.
Educar adolescentes en la fe católica hoy en día es un desafío que requiere paciencia, comprensión y apertura. En un mundo cada vez más secularizado, es importante encontrar formas creativas de involucrar a los jóvenes en su desarrollo espiritual.