El sufrimiento es una parte inevitable de la vida, pero para los católicos, tiene un significado más profundo. La fe nos enseña que el sufrimiento puede ser una oportunidad para crecer en la fe y acercarnos más a Dios.
El sufrimiento, según la doctrina católica, es una parte inevitable de la vida humana. A través del dolor, Dios nos invita a unirnos a Cristo en su pasión y redimir nuestras almas.