La familia, pilar fundamental de la sociedad, es el centro de la doctrina social de la Iglesia. Su importancia radica en su capacidad de transmitir valores y amor, construyendo un mundo más justo y solidario.
Los santos son figuras de inspiración y guía que pueden influir de forma positiva en la educación de los hijos. Su ejemplo de virtud y fe puede ser un modelo a seguir en la formación moral y espiritual de los niños.