La familia es la célula fundamental de la sociedad, según la doctrina católica. Su importancia radica en su papel de transmisora de valores, de amor y de unidad. Es en su seno donde se aprende a amar y a respetar al prójimo, sentando las bases para una convivencia armoniosa y justa en la comunidad.
Santa Gianna Beretta Molla, la madre y médica italiana que sacrificó su vida por la de su hijo. Su valentía y amor incondicional la convierten en un ejemplo de fe y dedicación para todos. Su legado perdura en la historia de la medicina y la santidad.
En una época de constantes cambios y desafíos, San Juan Pablo II se destacó como “el papa de la familia”, promoviendo valores como el amor, la unidad y la protección de los más vulnerables. Su legado perdura en cada hogar que sigue su ejemplo.