La esperanza es la luz que guía nuestro camino en medio de la oscuridad de la incertidumbre. Nos impulsa a seguir adelante, a creer en un futuro mejor. Es el arma más poderosa para enfrentar los desafíos de la vida.
En la adolescencia es común cuestionar la fe y tener dudas. Es importante explorarlas en lugar de ignorarlas. Hablar con adultos de confianza y buscar respuestas puede ayudar a fortalecer la fe.