La Iglesia desempeña un papel fundamental en la formación de jóvenes líderes cristianos, brindándoles herramientas espirituales y valores que les permitirán guiar a otros por el camino de la fe. Es importante que se fomente su participación activa en la comunidad para que puedan desarrollar su potencial y contribuir al crecimiento del reino de Dios.
Los grupos juveniles en la Iglesia desempeñan un papel vital en la formación espiritual de los jóvenes. A través de actividades, retiros y fe compartida, fortalecen la comunidad y fomentan el crecimiento en la fe.