El rol del sacerdote en la comunidad cristiana va más allá de ser un simple guía espiritual. Su labor es ser un puente entre Dios y los fieles, brindando consuelo, orientación y apoyo en los momentos de necesidad. Su presencia es fundamental en la comunidad para mantener viva la fe y la unidad entre sus miembros.
La Iglesia desempeña un papel crucial en la atención a los migrantes y refugiados, brindando apoyo espiritual, emocional y material a aquellos que buscan un lugar seguro. Su compromiso con la justicia social y la solidaridad se refleja en su labor humanitaria en todo el mundo.