La misericordia divina es un regalo inagotable que nos brinda esperanza en medio de la adversidad. Su amor infinito nos anima a ser compasivos y a perdonar, recordándonos que siempre hay una oportunidad para comenzar de nuevo.
La misericordia divina es el amor incondicional de Dios que nos transforma y nos llama a la conversión personal. Es un camino de perdón y redención que nos invita a cambiar nuestro corazón y seguir el ejemplo de Cristo.