Acompañar a los jóvenes en su búsqueda de sentido y espiritualidad requiere paciencia y apertura. Es importante escuchar sus inquietudes y brindarles un espacio seguro para explorar sus creencias y valores. La clave está en ser un guía comprensivo y respetuoso en su camino hacia el autoconocimiento y la conexión con lo trascendente.