Las fiestas religiosas, arraigadas en la cultura y tradición de un pueblo, son más que simples celebraciones. Representan un patrimonio cultural invaluable que refleja la fe y la identidad de una comunidad a lo largo de generaciones.
Los festivales religiosos son eventos que trascienden lo puramente religioso, convirtiéndose en una expresión de la identidad cultural de una comunidad. Su importancia radica en su capacidad para preservar tradiciones y valores transmitidos de generación en generación.