El catolicismo en el siglo XXI se enfrenta al desafío de promover la libertad religiosa en un mundo cada vez más pluralista y diverso. La Iglesia busca conciliar sus enseñanzas tradicionales con los derechos individuales, creando un equilibrio entre la fe y la libertad.
En un mundo cada vez más diverso, la defensa de la libertad religiosa es fundamental para garantizar la paz y la armonía entre las diferentes creencias. Es necesario promover el respeto y la tolerancia hacia todas las prácticas religiosas para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa.