En un mundo cada vez más secularizado, los jóvenes exploran nuevas formas de conectarse con lo divino. La espiritualidad de esta generación se manifiesta en la búsqueda de significado, la solidaridad y el compromiso social.
La integración de la oración familiar en la rutina diaria es una forma de fortalecer los lazos familiares y encontrar paz en medio del ajetreo diario. Busquemos momentos para unirnos en oración y reflexión, creando un ambiente de amor y tranquilidad en el hogar.