El sufrimiento, según la doctrina católica, es una parte inevitable de la vida humana. A través del dolor, Dios nos invita a unirnos a Cristo en su pasión y redimir nuestras almas.
La Pascua es una celebración cristiana que conmemora la Resurrección de Jesucristo. Es un tiempo de reflexión y renovación espiritual, donde se recuerda el sacrificio de Cristo y la promesa de vida eterna para aquellos que creen en Él.