San Wenceslao, patrono de la República Checa, fue un rey mártir que defendió la fe cristiana en Bohemia. Su valentía y devoción lo convirtieron en un símbolo de resistencia y virtud para los fieles de todo el mundo.
San Judas Tadeo, conocido como el santo de los casos desesperados, es venerado por miles de fieles que buscan su intercesión en momentos de dificultad. Su poder para obrar milagros lo ha convertido en uno de los santos más populares en Latinoamérica.
San Juan Bosco, conocido como el apóstol de la juventud, fue un sacerdote italiano del siglo XIX que dedicó su vida a educar y cuidar de los jóvenes marginados. Su legado perdura hasta hoy a través de la obra salesiana.
San Vicente de Paúl, conocido como el apóstol de la caridad, dedicó su vida a ayudar a los más necesitados. Su legado de amor y generosidad perdura hasta nuestros días, inspirando a otros a seguir sus pasos.
Conocido como el santo de la levitación, San José de Cupertino fascina a creyentes y escépticos por igual con sus supuestos dones sobrenaturales. Su vida llena de misterios y milagros sigue siendo motivo de asombro y reflexión para la humanidad.
Un hombre de fe incansable, San Carlos Borromeo dedicó su vida a reformar la Iglesia de Milán en el siglo XVI. Su labor incansable y su compromiso con la moralidad y la justicia lo convirtieron en un referente de la Iglesia Católica.