Santa Mónica, madre de San Agustín, es un ejemplo de fortaleza espiritual y fe inquebrantable. A través de sus oraciones y perseverancia, logró convertir a su hijo en uno de los grandes santos de la iglesia católica.
La comunidad parroquial es el lugar donde los creyentes se reúnen para alimentar su fe, fortalecer sus lazos fraternos y servir a los más necesitados. Su papel es fundamental en la vida espiritual de los fieles católicos.
San Benito José Labre, conocido como el peregrino sin hogar, vive en la memoria de muchos como un ejemplo de humildad y devoción. Su vida errante y su profunda fe lo convierten en una figura misteriosa y fascinante para aquellos que buscan inspiración en la santidad.